… es importante desarrollar estrategias de prevención del VIH desde una perspectiva de género, teniendo en cuenta cómo los roles, estereotipos, identidades y normas de género influyen en la salud de las mujeres…
MUJERES Y VIH
A nivel mundial la mitad de las personas con infección por el VIH son mujeres y ellas representaron aproximadamente la mitad de las nuevas infecciones en 2020. En España, como en otros países europeos, el porcentaje de mujeres con infección por el VIH ha sido siempre inferior al de los hombres; en 2020 el porcentaje de nuevos diagnósticos de VIH en mujeres se situó en torno al 15%. La principal vía de transmisión del VIH es la vía sexual, tanto en mujeres como en hombres. Entre las mujeres, la transmisión heterosexual constituye la gran mayoría, con un 80,5% de los nuevos diagnósticos.
Existen diferencias biológicas que explican que las mujeres tengan al menos dos veces más probabilidad que los hombres de contraer el VIH a través de un coito vaginal no protegido, como la mayor fragilidad de la mucosa vaginal o mayor capacidad infectiva del semen que los fluidos vaginales
Hay otras diferencias, como que el estigma afecte más a las mujeres que a los hombres, la insuficiente representación de las mujeres en muchos estudios y ensayos, o que el porcentaje de casos con enfermedad avanzada al diagnóstico sea mayor en mujeres que en hombres, que son diferencias injustas y evitables.
De hecho, además de las diferencias puramente biológicas, los factores que pueden incidir más en la vulnerabilidad de las mujeres al VIH son de carácter social, económico y cultural. A nivel global, la desigualdad en las relaciones sociales, afectivas y sexuales ponen a las mujeres en situación de riesgo frente al VIH. Las desigualdades de poder y la dependencia económica condicionan asimismo la información, e influyen en la toma de decisiones en cuanto a la salud sexual.

Foto: ONU Mujeres
Por todo ello, es importante desarrollar estrategias de prevención del VIH desde una perspectiva de género, teniendo en cuenta cómo los roles, estereotipos, identidades y normas de género influyen en la salud de las mujeres y cómo las desigualdades determinan la exposición diferente a los riesgos, accesos y beneficios de las actividades, información, recursos y atención sanitaria.