En esta entrada te traemos otro de los folletos de la Clínica Legal VIH (Universidad de Alcalá) en el que se abordan los derechos de las personas con el VIH.

¿El legal la prostitución en España?

El ejercicio de la prostitución no se encuentra regulado por la Ley salvo en algunos lugares o espacios determinados. En este sentido, no se debe confundir la prostitución con la trata de seres humanos o con la explotación sexual, cuestiones tipificadas como delito en el Código Penal.

Lejos de dar una solución a los problemas de seguridad jurídica de las personas que ejercen la prostitución, la legislación actual regula la actividad únicamente en los espacios públicos y no así en las propiedades privadas. Esto es, en determinadas zonas públicas establecidas por ley, el ejercicio de la prostitución constituye infracción y puede ser sancionado.

Determinadas leyes, como por ejemplo la Ley Orgánica 4/2015, de 30 de marzo, de protección y seguridad ciudadana, no solo sanciona al demandante de los servicios sexuales en zonas públicas, sino también, de forma indirecta, a las personas que ofrecen servicios sexuales mediante sanciones por desobediencia o resistencia a la autoridad en caso de que se nieguen a cesar en su conducta. Este régimen de infracciones y sanciones se puede encontrar asimismo en leyes autonómicas u ordenanzas municipales, que también hacen recaer la sanción sobre la persona que ejerce la prostitución en espacios públicos.

La vulnerabilidad de las personas en contexto de prostitución frente a la transmisión del VIH

Según el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA), se han identificado tasas significativamente más altas de transmisión por VIH entre las personas que ejercen la prostitución y sus clientes en comparación con otros grupos de población.

Por otro lado, muchas de las personas en contexto de prostitución en España son migrantes en situación administrativa irregular, lo que implica que puedan ser sancionadas con la expulsión del país (Ley Orgánica 4/2000, sobre derechos y libertades de extranjeros en España y su integración social). Por ello, muchas de estas personas, ante el temor de ser expulsadas, no acuden a los servicios públicos de salud.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que, según precisa el Tribunal Supremo deberá atenderse a cada caso concreto y valorar si existen “circunstancias agravantes” que justifiquen la proporcionalidad de la medida de expulsión, como por ejemplo la comisión de un delito, acreditación de una falsa nacionalidad, etc.

La prostitución como criterio de acceso a la profilaxis preexposición al VIH (PrEP)

La PrEP consiste en un tratamiento preventivo del VIH para personas en riesgo de adquirir el virus. El acceso a la PrEP, sin embargo, queda condicionado a que la persona solicitante forme parte de uno de los grupos que tiene alto grado de exposición al VIH establecidos en el acuerdo de la reunión de la Comisión Interministerial de Precios de los Medicamentos del 28 de octubre de 2021. Precisamente las “mujeres en situación de prostitución que refieran un uso no habitual del preservativo” pertenecen a uno de los grupos a los que se concede el acceso a la PrEP.

Así mismo, se permite el acceso a la PrEP si se trata de Hombres que tienen Sexo con Hombres (HSH) y personas transexuales mayores de 18 años que cumplan una serie de criterios, entre los que se encuentra por ejemplo haber tenido más de 10 parejas sexuales diferentes o la práctica de sexo anal sin protección en el último año.

En este punto cabe precisar que la PrEP no protege contra otras enfermedades de transmisión sexual, sino solamente contra el VIH.

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En muchos casos, las personas con el VIH encuentran dificultades para acceder a las técnicas de decoración corporal como tatuajes, micropigmentaciones, piercings, etc. La concepción del VIH como una amenaza existencial ha contribuido a que a lo largo de los cuarenta años de epidemia se aprobasen normas jurídicas que limitan el acceso de las personas con el VIH a determinados servicios, pues se les atribuye una mayor peligrosidad al tener una enfermedad transmisible.